miércoles, 9 de febrero de 2011

Justicia es agravio cuando no la aplica el sabio.

El Almirante de la pata de palo.Esta es la historia del marino mas intrépido y valiente que surcó los mares, el Almirante de la real armada Don Blas de lezo que llenó de gloria para las armas españolas, los caminos del mar.
El respeto y temor que infundió a sus enemigos fue tal que incluso el Rey de Inglaterra prohibió a los historiadores ni siquiera  nombrarlo.
Blas de Lezo y Olavarrieta nació en 1689 en Pasajes, Guipúzcoa, España.
Con 12 años perdió la pierna izquierda por debajo de la rodilla debido a una bala de cañón.
Con 17 años pierde el ojo izquierdo por una esquirla en el asedio a la fortaleza de Toulon.
Con 25 años pierde la movilidad el brazo derecho por un la bala de mosquete cuando forzaba el asedio naval británico sobre Barcelona.
Con solo 25 años ya era Capitán de navío por méritos en combate.
Blas de lezo expulsó a los corsarios ingleses de los mares del sur, obligó a la república de Génova a pagar la deuda que tenía contraída con España y exigió de sus habitantes homenaje público a las armas españolas, también luchó contra la piratería argelina en el Mediterráneo, rindió la ciudad de Oran y persiguió a los jefes piratas causándoles graves daños y contuvo la piratería argelina durante muchos años.
Pero su acción más meritoria fue sin duda la defensa de Cartagena de Indias en la denominada “Guerra de la oreja de Jenkins” donde con 6 barcos y solo 2230 infantes de marina mermados por las enfermedades tropicales ,600 arqueros indígenas, y mucho ingenio a falta de medios contuvo a la segunda mayor fuerza de desembarco de la historia, solo por detrás de la de Normandía en la WWII y muy superior a la Armada Invencible.
Se reunieron 186 barcos con 2000 cañones, 23600 hombres entre, soldados, marineros, jamaicanos y 4000 voluntarios de Virginia a las órdenes del hermanastro de George Wahsington.
El arrogante Lord Vernon, que mandó emisarios para anunciar su victoria entes del combate, e incluso que acuñó monedas conmemorativas, mientras se retiraba sin cumplir sus órdenes de derrotar a Blas de Lezo.
Casi 10000 ingleses perdieron la vida en el fracasado intento de conquistar Cartagena de Indias y obtener el dominio de los mares del sur.

martes, 8 de febrero de 2011

La vergüenza de inglaterra.


Tan convencidos estaban de la derrota de Cartagena que pusieron monedas en circulación que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon».Tan colosal derrota de los ingleses aseguró el dominio español de los mares durante más de medio siglo hasta que lo perdió en Trafalgar, cosa que la historia inglesa no reconoce. Humillados por la derrota, los ingleses ocultaron monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó.
Cuando Vernon fue derrotado éste gritó al viento una frase: «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga Lezo!). En respuesta escrita a Vernon, Blas de Lezo pronunció la inmortal frase:
«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»

martes, 1 de febrero de 2011

El Puerto de Santa María (Cádiz) y Blas de Lezo.

La estancia de los Lezo en El Puerto de Santa María tuvo varias fechas. El almirante ya había estado en 1719-20 y en 1730 en Cádiz. De allí partió, ya viviendo en El Puerto de Santa María, el 3 de febrero de 1737 hacia Cartagena dirigiendo la que sería la última carrera de Indias y donde encontraría, como ya se ha reflejado, su fatal destino.
Tras las investigaciones realizadas en los padrones de la época de la Iglesia Mayor Prioral portuense, se ha constatado que Blas de Lezo, su mujer, Josefa Pacheco Bustos -una criolla peruana con la que se había casado el 5 de mayo de 1725 en Lima- sus hijos y un criado afroamericano llamado Antonio Lezo, vivieron desde 1736 en una casa de la calle Larga, para ser más exactos en Larga, 70, hoy reconvertida en apartamentos de alquiler. Tras su muerte, su viuda -conocida en la localidad como 'La Gobernaora'- y sus hijos permanecieron en ella hasta la muerte de ésta el 31 de marzo de 1743.
La Excelentísima Señora Doña Josefa Pacheco fue enterrada en el Convento de Santo Domingo, sito en la calle del mismo nombre. A partir de esta fecha, los descendientes de Blas de Lezo desaparecen de los padrones portuenses.
Durante su residencia en la ciudad, el Cabildo Municipal, siendo conocedor del prestigio del almirante, hizo a su familia diferentes concesiones, entre las que destacó una toma de agua para la casa.
Hasta hace pocos años, la ciudadanía portuense siguió llamando a la mansión casa de «La Gobernaora».